
El Ictus, o también denominado
accidente vascular cerebral, aparece de manera súbita y afecta a
los vasos sanguíneos que suministran las sangre a nuestro cerebro
.Se trata de una enfermedad que pilla desprevenido tanto al sujeto
que lo sufre como a la familia. Aparte de las posibles consecuencias
físicas ( déficit motores,alteraciones de percepción, dolor...) ,
las psicológicas y sociales son un punto importante a tratar.
Sufrir un Ictus marca un antes y
después en la vida del paciente y la familia , siendo muy
importante la actitud que tomen hacia el futuro. Es positivo que
entiendan el problema para poderse adaptar a la situación y
emprender el camino de la recuperación. Puede ser que existan
posibles secuelas que tendrán que integrar para afrontar la nueva vida que les espera.
Las alteraciones psicológicas
más comunes que se dan son: depresión, ansiedad, estrés, cambios
de humor, aislamiento, etc.Para llevar a cabo un tratamiento
psicológico con los pacientes que han sufrido un ictus la familia es
un pilar fundamental para poder salir adelante. No tenemos que dejar
de lado las consecuencias psicológicas de estos pacientes ya que marcan muchas veces la pronta recuperación y rehabilitación. Por ello, desde las instituciones o desde la ciudadania, en general, tenemos que apoyarles y facilitarle la integración a su nueva vida.
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